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Las familias Inverter y Reverter estaban enfrentadas desde hace generaciones y generaciones. Tristan Reverter era un joven de unos 17 años, era alto, moreno y de unos grandes ojos azules, en cambio Elisa Inverter era de mediana estatura, rubia de ojos oscuros, y de unos 17 años.
Los dos pertenecían a familias muy diferentes, pero ellos estaban enamorados, aunque sus familias no lo aceptaran.
Por esa razón, a menudo se encontraban en una cueva al lado de un lago azul, todo esto rodeado de un espeso bosque. Podían encontrarse en este lugar porque vivían en un pueblecito rural cerca de allí.
Una noche oyeron extraños ruidos en el bosque. A la mañana siguiente, unos leñadores se encontraron a un perro descuartizado, una verdadera carnicería, y no se les ocurría qué podría haber hecho esto. Pero esto no asustó a Tristan y a Elisa, así que siguieron encontrándose en la cueva del bosque.
Una de las noches en la que habían quedado para verse allí se encontraron una especie de monstruo, no sabían lo que era porque tenía desde la cintura hacia arriba el torso de un minotauro con grandes cuernos en la cabeza y de cintura hacia abajo el cuerpo de un caballo con dos enormes alas. Los jóvenes se asustaron al ver que se movía, corrieron y se escondieron detrás de una de las rocas que había allí, les tranquilizó ver que estaba herido y cuando se acercaron vieron que tenía una extraña quemadura en el pecho.
-¿Y ahora que hacemos?-preguntó Tristan a su amiga.
-No sé, está herido, no creo que nos ataque-respondió Elisa.
De pronto escucharon una voz débil pero grave detrás de ellos:
-Ayudadme…-suplicó la extraña criatura. Los chicos no salían de su asombro, ese raro animal les hablaba.
-¿Qu…que e...res...eres?- consiguió articular Tristan con voz temblorosa.
Un susurro apenas audible le contestó:
-Soy Cedric, un pegasotauro -dijo-vengo de un mundo paralelo al vuestro, pero debéis ayudarme no he venido solo a vuestro mundo, otra criatura malvada y sin piedad ha venido conmigo, yo soy el único que puede pararle.
-¿Como sabemos si no nos estás mintiendo?-le pregunto Elisa.
-Tenéis que ayudarme, si no lo paro empezara a matar, se alimenta de carne- una mueca de terror apareció en la cara de Tristan.
-Esta bien, te ayudaremos-dijo después de un rato Elisa- Tristan, llevémosle a la cuadra abandonada de tu tío, allí no va casi nunca nadie.
Y así fue como llevaron a Cedric (el pegasotauro) a una cuadra abandonada a las afueras del pueblo. Allí le alimentaron, y cuidaron de sus heridas, hasta que dos semanas después estaba casi recuperado.
Sin embargo, en el pueblo las cosas no iban demasiado bien, aparecían vacas y ovejas muertas (descuartizadas igual que el perro) cada vez había mas ataques, hasta que un día ocurrió lo que todos temían, apareció muerto una persona del pueblo, todos estaban fuera de sí, la imagen de lo ocurrido era aterradora, el hombre estaba… bueno mejor no entramos en detalles. Desde ese día la gente apenas salía de su casa, tenían miedo, mucho miedo y los hombres del pueblo decidieron salir al día siguiente a buscar y a matar a la criatura que estuviese asesinando a personas y animales.
Tristan y Elisa estaban preocupados, pues sabían que si iban a la cuadra encontrarían a Cedric y creerían que él era el asesino, tenían que impedirlo como fuera.
Una mañana al día siguiente, yendo a la cuadra, la chica más cotilla del barrio escucho a Tristan y Elisa hablar de Cedric, comentaban lo extraordinario que era y lo que pasaría si lo encontraban, y apenas escucho esto salió corriendo a contárselo a su madre, y su madre se encargo de que lo supiera el pueblo entero (que no era tan grande) y como no, también se enteraron los padres de Tristan y Elisa. Decidieron no ir ese día y esperar hasta el día siguiente para equiparse con armas e ir a matar al monstruo. A la mañana siguiente, el pueblo entero salió hacia la cuadra abandonada, llevaban antorchas; rastrillos; y algunos, escopetas.
Mientras tanto nuestros amigos estaban en la cuadra tan tranquilos sin enterarse, ya que sus padres no les habían dicho nada para que no se llevaran a Cedric. De repente oyeron un extraño ruido fuera de la cuadra, era silbido agudo e intenso. Al salir fuera lo que vieron les aterrorizo, delante de ellos estaba una criatura horrible a la que describiré a continuación:
Tenía la cabeza de una serpiente, roja y la boca llena de sangre, el cuerpo de un perro enorme con unas alas de dragón, de un color púrpura oscuro en la espalda. Y las patas eran unas afiladas garras.
-Cedric-susurro en un silbido-sigues vivo… pero esta vez me encargare de que no sea así.
-Sirvent-dijo Cedric-Chicos esta es la criatura de la que os hable, es un Canfire. Será mejor que os alejéis de aquí.
En este momento llegaron los habitantes del pueblo con sus antorchas y rastrillos, se quedaron mudos y congelados al ver a las dos criaturas.
Sirvent aprovecho el momento de distracción de Cedric para morderle en el cuello, los chicos pegaron un grito, pero no se movieron de su sitio.
-Morirás dentro de una hora- dijo Sirvent interrumpiendo su carcajada.
Pero entonces, Cedric dio un salto y le clavo los cuernos a Sirvent en el corazón, este que no se lo esperaba pegó un chillido y cayó al suelo, lo que ocurrió a continuación no se como explicarlo, las dos criaturas empezaron a hacerse transparentes hasta que al final desaparecieron. Elisa se puso a llorar mientras que Tristan intentaba tranquilizarle, sus padre se acercaron y en vez de portarse bien con ellos y apoyarles se pusieron a regañarles y castigarles (si es que algunos padres son…).
La noche siguiente decidieron escaparse e irse muy lejos, pero las cosas no siempre salen bien, sus padres les pillaron y los muchachos salieron corriendo, llegaron al bosque y siguieron corriendo hasta que al final llegaron al final de un peñasco y pararon. Sus padres llegaron detrás de ellos y se encontraron las familias Inverter y Reverter cara a cara, sus hijos les hablaron de forma decidida:
-Estamos hartos de que siempre nos estéis prohibiendo vernos-dijo Elisa.
-Si, si no nos dejáis nos tiraremos por este peñasco-dijo decidido Tristan
Al final los padres accedieron (menos mal) y les dejaron estar juntos.
Un año después se casaron Tristan y Elisa, y tuvieron un hijo, y dos, y tres…